Me detengo ante el vacío entre dos realidades. No es un abismo común, sino una grieta hecha de preguntas sin respuesta. Entonces extiendo mis bigotes y comenzó a tejer.
No construyo un puente convencional, sino un puente tunelado: una estructura que es camino y atajo simultáneamente. Sus tablas están hechas de instantes de transición —ese segundo en que Javy cuelga el teléfono y aún no respira alivio—. Los clavos son puntos de inflexión narrativos.