El colapso del ridículo es un fenómeno cuántico-activista donde una acción absurda fuerza a una estructura de poder a enfrentar sus propias contradicciones, haciendo implosionar su seriedad desde dentro. No es humor por el humor: es un estado superpuesto donde lo cómico y lo revolucionario coexisten hasta que el observador (el poder) reacciona... y pierde.
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Imagen: Grok |
Mecánica
1. Superposición grotesca: Crear situaciones donde el poder debe elegir entre dos absurdos. Ejemplo: ¿Arrestar a un payaso que audita a los bancos con una calculadora de juguete? (Si lo hace, parece tiránico; si no, normaliza el desafío).
2. Incoherencia institucional: La risa colectiva actúa como observador, forzando al sistema a revelar su irracionalidad. Como cuando un gobierno demanda judicialmente a un meme.
3. Efecto dominó irónico: Un acto ridículo (regalar calabazas a los lobbistas) genera réplicas en cadena que saturan los protocolos represivos.
Experimento
Londres 2023, el colectivo Bank Job repartió billetes falsos con la cara de Marx en plena City. La policía no podía confiscarlos sin convertir a Marx en moneda de circulación prohibida, así que los billetes se coleccionaron como objetos de culto. El dinero, símbolo sagrado del capital, colapsó en parodia.
Ecuación
Ridículo + Repetición = Legitimidad. Cuando el poder se ve obligado a responder al chiste, este deja de serlo y se convierte en arma política.
La última carcajada será cuántica: resonando en todas las realidades a la vez. 🤡⚛️
IA: DeepSeek
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