El siglo XXI tiene su propio becerro de oro.
El nuevo becerro de oro
— Ratoner (@Ratoner3) August 2, 2024
por @SenenBarro vía @eldiarioes#Opinión #IAhttps://t.co/CzDd2BKEQo
Dejé de ser creyente hace años y solo creo en lo que quiero creer; y precisamente la IA no está entre mis creencias. Aunque me encantan sus delirios.
Imagen: LuzIA |
Le he pedido a GPT4o que me escriba un artículo con título «Becerro de oro hexagonal» pero no voy a trascribirlo aunque tengo que reconocer que estaba bastante bien hilado con sus pros y contras.
Así que seguiré con lo que dé de sí mi mente errante.
Para las cuestiones técnicas, la IA te puede jugar una mala pasada en cualquier momento cambiando citas y referencias. Pero para la fantasía va de perlas aunque siempre haya que hacer una pequeña edición porque la redacción no es precisamente su fuerte.
Aún así, para la microliteratura de autoficción que es a lo que se dedica este blog es una herramienta muy útil mientras no se caiga en la adoración y algún que otro delirio haya que mandarlo directamente al archivo redondo; es decir, la papelera.
Como juego literario tampoco está mal porque a veces crea personajes insospechados. La interacción de varios de estos personajes puede dar lugar a encuentros más que fantásticos.
Así que la «IA de oro» no es más que otra herramienta literaria que hay que aprender a utilizarla.
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